Prøvetekst.

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Prøvetekster - Textos para probar.
Alfredo.

Me aproximé a la cama de Alfredo y le zarandeé. Dio varias vueltas sobre sí, antes de despabilarse:
-¿Qué quieres? 
-Hay una luna redonda como un queso. 
¿Quieres que vayamos a Cuatro Postes? 
Gruñó dos veces entre sueños. Machacó con reiteración de borracho:

-¿Qué es lo que quieres? 
-Hay luna; vámonos a Cuatro Postes. ¡Anda! 
Abrió los ojos Alfredo todavía sin comprender bien; de improviso se tiró de  la cama diciendo: -La luna... Cuatro  Postes. 
Como un muñeco mecanico empezó a calzarse. A mitad de la operación levantó la vista a mí; 
-A Cuatro Postes, claro; casi lo habíamos olvidado ya... 
Yo me vestía en silencio, aprovechando el resplandor de la luna que se  adentraba por la contraventana  abierta. 
Me animaba una euforia especial, desconocida, como si entreviese en la  aventura apenas iniciada el remedio para todos nuestros males.
-Yo ya estoy; cuando quieras.. Algo me tentó por dentro.-; abrígate bien. 
Nos comunicábamos por tenues cuchicheos, casi imperceptibles. Alfredo me asió del brazo.

Miguel Delibes: La sombra del ciprés es alargada.

Argentina.

Argentina es el país de lengua castellana de mayor extensión. Tiene una superficie algo mayor que México y España juntos. Sin embargo, es un país poco poblado.

Argentina es un importante país agrícola y ganadero. Aquí se encuentran tierras de gran fertilidad, como las famosas Pampas.

Carne y trigo.

El país es uno de los primeros productores del mundo de carne y trigo, y tiene otros muchos cultivos. Produce vinos excelentes y cuenta además con petróleo, carbón, hierro y otros minerales.

lo Antes de la llegada de los españoles, vivían en estas tierras varias tribus indígenas, pero estuvieron siempre poco pobladas.

Desarrollo económico.

A partir de finales del siglo XIX, Argentina exportó a Europa grandes cantidades de lana, carne y cereales. Como había mucho trabajo, miles de europeos - españoles e italianos sobre todo - emigraron allá. Entre 1850 y 1930 llegaron unos cinco millones de personas. En Argentina tuvo lugar entonces un enorme desarrollo económico y el país conoció una época de esplendor.

La crisis económica de los años 30 de este siglo fue desastrosa para Argentina, que vivió a partir de entonces varias dictaduras militares.

El régimen de Perón.

Los años 40 estuvieron dominados por la figura de Juan Domingo Perón y su esposa Eva Duarte (,Evita»). Durante la Segunda Guerra Mundial, Argentina conoció nuevamente unos años de esplendor. Pero la economía empeoró luego muy rápidamente, y en 1955 un golpe militar acabó con el régimen de Perón.

Para muchos argentinos Evita Perón sigue siendo un símbolo nacional.

La situación económica y social siguió cada vez peor durante los años 60. Siguieron varios gobiernos militares interrumpidos por un corto gobierno de Perón (1973) y, tras su muerte, el de su segunda esposa María Estela Martínez de Perón (~lsabelita»), presidenta de 1974 a 1976.

Graves problemas. Desde 1976 hubo nuevos gobiernos militares, que no supieron solucionar los problemas: dependencia tecnológica del exterior, una inflación que a veces pasaba del 500 %, paro, huelgas. En todo el país aumentó entonces mucho la violencia, y la represión obligó a cientos de miles de argentinos a exiliarse.

Unos años más tarde, en 1983, se celebraron elecciones democráticas y los militares dejaron el poder a los civiles.

Receta

para fabrica un argentino medio

Tomar por orden: una india ancha de caderas, dos caballeros españoles,

tres gauchos bien mestizos, un viajero inglés, medio pastor vasco y una pizca de esclava negra.

Dejar cocer lentamente durante tres siglos. Antes de servir, agregar de golpe: cinco tantos (italianos de sur), un judío Polaco (o alemán, o rusa), un hotelero gallego, tres cuartos de tendero turco, así como una francesa entera.

No dejar reposar sino unos cincuenta años.

El mate es una especie de té que se toma en Argentina Paraguay y Uruguay, Con la bombilla que generalmente es de plata, se sobre el mate, que está en la calabaza.

El gaucho.

Ya desde el siglo XVI, el gaucho vivía de las reses sin dueño que había en las extensas llanuras de la pampa. Vestido con botas, poncho y sombrero, montaba a caballo mejor que nadie y era experto en el manejo del lazo y las boleadoras.

Cinco años habían pasado ... Cinco años de esos hacen de un chico un gaucho, cuando se ha tenido la suerte de vivirlos al lado de un hombre como el que yo Ilamaba mi padrino. Él fue quien me guió pacientemente hacia todos os conocímientos de hombre de pampa. Él me enseñó los saberes del resero, el manejo del lazo y las boleadoras, la difícil ciencia de formar un buen caballo.

Ricardo Güiraldes, Don Segundo Sombra

 

 

Caperucita Roja

Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y
la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja. 
Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, 
recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, 
ya que siempre andaba acechando por allí el lobo.
Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. 
La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la abuelita, 
pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros,
las ardillas listadas, los ciervos. 
De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella. 
- ¿Adónde vas, niña bonita? - le preguntó el lobo con su voz ronca. 
- A casa de mi abuelita - le dijo Caperucita. 
- No está lejos - pensó el lobo para sí, dándose media vuelta.

Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores:
- El lobo se ha ido - pensó - no tengo nada que temer.
La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de flores además de los pasteles. 
Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la abuelita, 
llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita.
Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del lobo. 
El lobo devoró a la abuelita y se puso el gorro rosa de la desdichada,
se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, 
pues Caperucita Roja llegó enseguida, toda contenta. 
La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada. 
- Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes! 
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela. 
- Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes! 
- Son para oírte mejor - siguió diciendo el lobo. 
- Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes! 
- Son para... ¡comerte mejor! - y diciendo esto, 
el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la devoró, 
lo mismo que había hecho con la abuelita.
Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y
creyendo adivinar las malas intenciones del lobo,
decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la abuelita. 
Pidió ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al lugar. 
Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba. 
El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del lobo. 
La abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas! 
Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. 
Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a una charca próxima para beber. 
Como las piedras pesaban mucho, cayó en la charca de cabeza y se ahogó. 
En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, 
pero Caperucita Roja había aprendido la lección. 
Prometió a su abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el camino.
De ahora en adelante, seguirá las juiciosas recomendaciones de su abuelita y de su mamá.